lunes, junio 20

Reflexionando...

Entre tanta gente, en este mundo están presentes las personas que jamas pueden ser felices de verdad, porque son aquellas que dejan que su felicidad, su bienestar, dependan de mil y dos detalles más. Personas que ya tienen intercalado, en su vida, el miedo al mañana. La felicidad, muchas veces, nos pasa por al lado y ni siquiera somos capaces para verla. Hay que aprender a sentirla, a valorarla, a estimarla, a encontrarla. Los problemas, las angustias, las desdichas, la incomprensión, el malestar, la pesadumbre, el desconsuelo, el desespero -y muchísimas cosas más- son sólo cuestiones pasajeras. Todo pasa, así como todo llega. Mañana, cuando vuelva a salir el Sol vas a ver más claro tu camino, el sol te va a iluminar, y la tormenta de ayer, esa que te parecía que iba a provocar el fin del mundo, que era el inicio del Apocalipsis, te va a parecer tonta y sin sentido. Se feliz todos los días, hay miles de motivos comunitarios para que así sea. ¡Hay que disfrutar a diario cada momento!, apreciar cada cosa que la vida te brinda y detenerse en lo bueno, no en lo malo. ¡¡Hay que reír!!  sí, reí mucho. La felicidad no es inalcanzable, está siempre a tu lado, día a día; lo único que tenés que hacer es descubrirla y no dejarla escapar, retenerla, no permitir que algo malo te la quite, que te robe esa sonrisa que tanta vida te brinda a vos mismo! y no permitir que eso "pase". La felicidad se compone de tantas partes, que siempre te va a faltar una, pero.. esa es la cuestión: intentar, poder (porque es posible).

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