En varias ocasiones me sucede que tengo ganas de vociferar la verdad a los nueve mil vientos (no tengo idea bien cuántos hay) pero el angelito siempre gana las peleas.
¿Cuándo llegará el día en el que el diablito gane esa cruzada?
A pesar de todo siempre digo lo que pienso, de manera brusca o no.
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